Había una vez una vez un niño llamado Carlos, él tenía 11 años y vivía junto a sus padres en una casa muy grande y bonita.
Los papas de Carlos estaban muy preocupados porque su hijo (Carlos) no tenía amigos. Carlos no lograba quererlos ni tenerles cariño porque no tenía sentimientos.
Un día martes a las 9:00 de la mañana lo vino a buscar el furgón escolar. Cuando llegó a la sala se sentó en el único puesto vacío, pero después se sentó al lado de él una niña llamada Luna, ella tenía trenzas largas u un listón morado (¡Carlos se puso rojo!, pero él no sabía porque).Carlos desde ese momento empezó a sentir cosas extrañas como:
-Cosquilleos y no dejaba de pensar en ella.
Los padres de Carlos notaron que su hijo había cambiado porque estaba más contento. Carlos les contó que no podía de pensar en una niña llamada Luna, Carlos les pregunto: ¿Me estaré enamorando?, los padres se miraron y se pusieron muy felices porque Carlitos al fin encontró sus sentimientos.
FIN.
Los papas de Carlos estaban muy preocupados porque su hijo (Carlos) no tenía amigos. Carlos no lograba quererlos ni tenerles cariño porque no tenía sentimientos.
Un día martes a las 9:00 de la mañana lo vino a buscar el furgón escolar. Cuando llegó a la sala se sentó en el único puesto vacío, pero después se sentó al lado de él una niña llamada Luna, ella tenía trenzas largas u un listón morado (¡Carlos se puso rojo!, pero él no sabía porque).Carlos desde ese momento empezó a sentir cosas extrañas como:
-Cosquilleos y no dejaba de pensar en ella.
Los padres de Carlos notaron que su hijo había cambiado porque estaba más contento. Carlos les contó que no podía de pensar en una niña llamada Luna, Carlos les pregunto: ¿Me estaré enamorando?, los padres se miraron y se pusieron muy felices porque Carlitos al fin encontró sus sentimientos.
FIN.
1 comentario:
Me encanta que pequeños como Camila ,tengan ganas de expresar sus sentimientos en el papel.
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